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ÁREA CRIMINALÍSTICA
REVELACIONES MICROSCÓPICAS
Entrevista a Andrés Bruzzese
¿Por qué cada vez son más los que quieren ser peritos en Balística?, ¿influyó una famosa serie de tv? El experto Andrés Bruzzese, coordinador de la carrera en el IUPFA, tiene las respuestas que explican el magnetismo de una ciencia tan misteriosa como eficaz.

Dentro de la Criminalística el nombre de la carrera que está en el centro de atención remite a balas y revólveres: Tecnicatura Universitaria en Balística y Armas Portátiles. Sin embargo encierra cuestiones más apasionantes y abarcativas porque además de esos elementos esta ciencia se vincula con todo lo relacionado a un arma, pero no tan sólo de fuego.

“Se llama Balística pero bien podría denominársela Proyectilística”, advierte con humor Andrés Bruzzese, coordinador de la carrera en el Instituto Universitario de la Policía Federal. El experto la rebautiza para despejar confusiones de entrada: “lo que se analiza son proyectiles. La bala en estado de reposo es eso, simplemente una bala. Pero lo que va volando es un proyectil”.

A su vez –continúa- no sólo existen proyectiles disparados por armas de fuego. También están los de acción neumática y las armas arrojadizas, como la famosa honda con que David venció a Goliat o el rulero con un globito o una piedra, todas esas cosas integran la balística”.
Dr. Jorge Osvaldo Ossola . Director Área Criminalística IUPFA
Pero la enumeración no termina ahí porque, como señala el docente y a la vez instructor de Tiro, existen proyectiles más llamativos aún: “se han practicado pericias hasta de una plancha bifera que cayó de un 10º piso y pegó en la cabeza de una persona. También le tocó intervenir a Balística en el caso de una famosa que cayó de un séptimo piso. Muchos se preguntarán: ¿por qué? porque en esa situación el cuerpo también es un proyectil, con determinado peso, que viaja a cierta velocidad”

-¿Ahora sí ya quedaron contempladas todas las posibilidades?
-No todavía, falta una muy importante: Balística también incluye lo que se llama huella de efracción, es decir cualquier marca dejada por una herramienta. Si alguien fuerza con una barreta una caja fuerte, ahí también interviene Balística. Por supuesto que la más común es la huella de efracción en un arma de fuego. Ahí se busca identificar el arma y se saca una vaina o proyectil testigo, se lleva al microscopio y por analogía se trata de identificar.

Andrés Bruzzese
Coordinador carrera Técnico Universitario en Balística y Armas Portátiles IUPFA
-¿Cómo se busca la analogía?
-Es similar a la identificación por huellas digitales. En este caso el proyectil, de por sí es más grande que el interior del cañón, por lo que en su paso forzado, el cañón le transfiere sus características y en ese trayecto las características del cañón (que es de un material más duro) van quedando plasmadas en la superficie del proyectil. Esas características son las que luego se identifican, porque todos los proyectiles que salgan de ese cañón van a tener las mismas características. Tanto generales como particulares.

Es la clave de todo esto: cada arma deja características únicas sobre la vaina y el proyectil.

-¿La identificación se tornó más sencilla con el paso del tiempo?, ¿o ahora es más compleja?
-Se ha complejizado. Porque las fábricas cambiaron las técnicas, incorporaron más pulido y un nuevo tipo de estriado de cañones. El proyectil pasa comprimido como siempre, pero la fricción con el cañón es menor, entonces disminuye la transferencia de características. Eso complejiza la identificación. De cualquier modo la habilidad del perito muchas veces puede suplir esas dificultades.

-¿Entonces hoy día hay menos recursos que en otros tiempos?
-No, porque se cuenta con mejor calidad de los microscopios y una mejor capacitación del personal. Es mejor la óptica, las imágenes. Eso es muy importante.

-No se redujo el margen de certeza.
-No. Es más difícil hacer la pericia pero igualmente se puede arribar a resultados categóricos en la generalidad de las identificaciones. De todas maneras es bueno recordar que la Balística tiene un grado de subjetividad.

-Detectadas las analogías: ¿son inapelables?, ¿o no?
-Generalmente sí. Pero es diferente de lo que sucede en Papiloscopía –siempre se la cita como una referencia, una comparación, con la Balística- donde en un determinado congreso de peritos dictaminan por ejemplo que en Argentina, con trece puntos característicos de analogía ya es suficiente.

En balística no es tan así.

Para empezar, en el 70/80 por ciento de las veces no tenemos la superficie completa del proyectil para identificar, o sea que ya disminuye el campo de estudio. Y no siempre todas las características quedan igualmente marcadas. Estamos hablando de diferencias pequeñísimas, que se miden en micrones y a su vez, como dije, habitualmente no tenemos el cien por ciento de las características disponibles.

-O sea que es más sencillo identificar la no-coincidencia entre un arma y su proyectil.
-Y sí. Aunque suene extraño siempre lo digo: en balística es más difícil decir “no es” que “sí es” porque en el microscopio es más difícil encontrar las diferencias que las coincidencias siempre y cuando tengamos las mismas características de clase. Si imaginamos que el cañón es un papel que se lo puede cortar y desplegar se vería que la estría es como un cardiograma. Entonces las líneas de ambos cardiogramas, el del proyectil incriminado y el del testigo, idealmente deben ser iguales, completar el dibujo, cien por ciento. Pero nunca van a coincidir cien por ciento. Por eso se dice que es una prueba que tiene un cierto grado de subjetividad, dada por los operadores o identificadores, su capacidad de observación.

Y no es lo mismo la experiencia de un perito que recién empieza con la de alguien con 30 años en el microscopio. La experiencia en el microscopio es fundamental y en nuestro país en general y en Policía Federal en especial tenemos excelentes identificadores.

-¿Pero se puede confiar plenamente en este tipo de pericia donde existe ese grado de subjetividad?
-Plenamente. Por lo que dijimos antes: es más difícil que haya dos elementos que coincidan totalmente a que no coincidan. Las pruebas pueden ser más sutiles, pero si se pone empeño, y el proyectil presenta ciertas características, se va a identificar.

-A favor de la Balística podría decirse que así como en Papiloscopía el que se pone guantes no deja huellas y complica al perito, aquí es imposible que no queden marcas.
-Si se tiene mucha maña, hay forma, pero hay que saber mucho… Están las marcas que vienen de fábrica y las marcas adquiridas. Tal vez el que sabe puede llegar a borrar las marcas viejas pero también hay que tomar en cuenta que de ahí en más esa arma ya tendrá características adquiridas.

Y es algo complejo de realizar, porque esa abrasión, en realidad, aparte de dejar particularidades que harían notoria la maniobra, disminuiría las prestaciones balísticas del arma.

EN LA ESCENA DEL CRIMEN

-En los últimos años se registra un llamativo crecimiento en la matricula de carreras como Balística o Papiloscopía. Con predominio femenino. ¿Tiene una explicación para esa tendencia?
-Creo que desde el momento en que salió CSI hubo una explosión en la cantidad de inscriptos y si observamos el número de chicos que empezaron a anotarse en carreras criminalísticas, es increíble.

-¿La serie le dio el toque apasionante?
-Dio el puntapié. Luego, esa apertura hacia el conocimiento de la Balística generó un boca en boca que potenció el interés. Y después, como si fuera poco, desembocó en algo que es muy, muy bueno: si antes había 15 hombres y una mujer, ahora en cambio son 20 mujeres y 10 hombres. La habilidad para el detalle de una mujer es enorme y en el quehacer científico eso es fantástico.

-Sea por la serie CSI o por el boca en boca: ¿por qué tanto interés?
-Cuando estoy explicando algo de Balística y una persona que es ajena al tema escucha, es probable que diga: “uy, qué interesante eso”. Es común que a la gente le atraiga, porque es un misterio y a la vez es ciencia. Y todo lo que es ciencia y misterio es una conjunción que atrapa.

-Antes este tipo de profesiones eran vistas simplemente como una guerra entre buenos y malos.
-Tal cual. Ahora ya no, ahora es un arte y uno lo puede tomar como una profesión –trabajar de esto- o como algo mucho más apasionante: investigar. Por supuesto, trabajando de perito uno suele tener muchas cosas para hacer, pero cuando se abre una brecha en el trabajo y se dispone de un poquito más de tiempo para investigar se da una reacción en cadena.

-¿Qué sucede?
-Aparecen revelaciones que potencian la pasión original. Pero aclaremos que es una misión compleja, porque es muy grande el espectro: hay elementos de física, matemática, química, lógica y pensamiento científico. Obviamente que investigar todo es imposible, pero sin dudas se trata una aventura atrapante porque las ciencias involucradas abren matrices de estudio increíbles.

-Los rastreadores de huellas dactilares suelen decir que la clave está en ponerse en la piel y la mente del delincuente. ¿En Balística también es así?
-En realidad cualquier profesional que haga una investigación criminalística tiene que manejar todas las hipótesis y eso incluye ponerse en el lugar del autor, qué posibilidades manejó, colocarse en su mente. Ahora existe algo bastante nuevo, las ya famosas “autopistas psicológicas”.

-¿También tienen utilidad práctica?
-Dan una perspectiva. Una perspectiva que se puede condecir con la persona y ayudar a dar una resolución del hecho desde el punto de vista criminalístico; como por ejemplo si esta persona tenía ensañamiento, sadismo u otra cosa. O sea, un enfoque que, en mi experiencia, sirve. Completamente.

-¿Hacia dónde va la Balística?
-Como toda la criminalística en general, tiene el desafío de ajustar y referenciar sus trabajos con la ciencia, con el método científico. Es un desafío que ya se está empezando a concretar. Pero mientras tanto la Balística como ciencia, a priori, tiene una gran ventaja sobre otras.

-¿Cuál?
-Por donde se la mire, cada vez cuenta con más cantidad de gente. Algunos dirán, “sí, pero hay mucha oferta y poca demanda”, y yo creo que es al revés, o mejor dicho, sí, hay mucha oferta, pero uno tiene que preocuparse por uno mismo, intentar ser mejor, levantar el promedio.

Y no nos olvidemos de algo muy importante: hoy cualquier civil puede entrar a la carrera en el IUPFA. Cada día se abren más puertas.

-Como perito: ¿participó en muchos juicios?
-Muchísimos. Generalmente tengo dos o tres por mes.

-¿Genera vértigo?
-No, solamente lo sentía cuando empecé. Siempre les digo a los alumnos: si ustedes trabajan bien, o sea, tienen un método de trabajo correcto, que minimice los errores, no van a tener problemas.

-En un juicio la opinión del perito tiene un gran alcance…
-Sí, pero yo lo enfoco desde un punto de vista científico. Si puedo demostrar que es, porque veo que es, bien. Y a veces no. Y si no se puede, no se puede. No vamos a forzar a la ciencia. En balística el abanico entre “es” y “no es” es muy grande, porque, por ejemplo, si el proyectil pegó, o se abolló mucho, las características que tiene no me alcanzan para emitir una opinión por sí o por no.

-O sea que la Balística como medio de prueba tiene larga vida.
-Creo que van a haber avances científicos de todo tipo que nos van a permitir dar batalla. Está visto en nuestro medio, en Argentina donde tal vez podemos no contar con lo último de lo último en tecnología, pero el recurso humano es excelente y eso sobresale en cualquier lado.
En definitiva esa es la clave de una ciencia. Cualquier experto que venga a la Policía Federal y vea lo que se ha hecho lo puede comprobar.
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